miércoles, 12 de diciembre de 2012

TODAS LAS CALLES CONDUCEN A LA PLAZA



El mundo árabe está viviendo unos tiempos muy convulsos. Desde finales de 2010 se han desencadenado una serie de revueltas más o menos violentas que han supuesto el fin de regímenes autoritarios que parecían destinados a perpetuarse en el poder. Estos vientos de emancipación y libertad no solo han derribado los cimientos de la política regional, sino que también se han sentido con fuerza otros ámbitos, como la cultura y las artes. Durante los dos últimos años se ha producido una auténtica explosión creativa. De golpe, se han manifestado fuerzas que llevaban décadas contenidas por el miedo, la represión y la censura. 

Al calor del grito unánime de libertad que inundó las calles de los países árabes, la música, el cine, la literatura y las artes callejeras han vivido también su revolución. Y ­–al igual que en el plano político­– han sido los jóvenes quienes han portado la bandera del cambio. Los analistas que se empeñan en afirmar que «la primavera árabe ha degenerado en un invierno islamista», deberían fijarse en esta fabulosa explosión creativa, muestra de la diversidad y la pluralidad propias de las sociedades árabes.

El grafiti ha irrumpido con fuerza en las calles árabes

Centrándonos en la literatura, que es lo que aquí nos interesa, los efectos de la primavera árabe ya se empiezan a notar en las estanterías de las librerías. Autores consagrados como el marroquí Tahar Ben Jelloun han aportado su granito de arena a esta narrativa de la revolución, pero son en su mayoría escritores noveles los que proliferan. Se trata de jóvenes que participaron en las revueltas y nos quieren relatar sus experiencias.

Uno de los ejemplos más destacados de esta nueva ola narrativa es el egipcio Tarek Mustafa, que nos ha sorprendido con una colección de relatos titulada Las calles que dan a la plaza (  الشوارع الجانبية للميدان ). La obra se publica en la editorial Primavera Árabe ( الربيع العربي للنشر والتوزيع ), una editorial de reciente creación que supone un viento fresco en el mundo de la literatura árabe. 

Tarek Mustafa, joven periodista y activo defensor de los derechos humanos, participó de primera mano en los 18 días de protestas que consiguieron derribar el régimen de Mubarak. Los catorce relatos de su obra son el retrato de diversos personajes que se echaron a la calle y se unieron a esa marea humana que inundó las plazas de El Cairo. Las pequeñas historias de los distintos protagonistas confluyen todas en un último cuento, titulado La Plaza ( الميدان  ), ese destino final que, durante unos días, unió a todos los egipcios.


Midan el Tahrir, la plaza que simboliza la revolución egipcia

El autor, cronista de esa masa de manifestantes sin nombres propios ni líderes, pone un rostro y una historia a trece personajes que participaron en aquellos días tan cruciales para el devenir de su país. Pero Tarek Mustafa no se dedica a elogiar el activismo político ni el fervor revolucionario de los protagonistas, sino que intenta plasmar sus otras luchas, más personales e interiores. Los personajes de los relatos no son héroes de la revolución, sino seres normales, asediados por miedos, dudas y amarguras.

Con un estilo directo y lírico, Tarek Mustafa demuestra una gran sensibilidad para reflejar los sentimientos de sus personajes, mostrándonos su lado más humano. A través de las historias de sus protagonistas, el autor aborda con valentía temas considerados tabú en la sociedad egipcia, como la discriminación de la mujer, la homosexualidad, la ablación (mutilación genital femenina), el descubrimiento de la sexualidad

Como refleja el título, Midan el Tahrir, la gran plaza egipcia, representa el símbolo de una revolución. Pero en esa plaza desembocan una multitud de variopintas calles, pobladas por personajes de distintos orígenes y condiciones sociales, unidos por un único deseo: sus ansias de libertad.

Ilustraciones de Ibrahim Imam para el libro
La obra se presenta en una cuidada edición que incluye ilustraciones en blanco y negro del artista Ibrahim Imam, así como reproducciones de algunos de los grafitis con eslóganes revolucionarios que decoraron las paredes de las calles cairotas. El libro se abre con un prólogo firmado por toda una eminencia en el mundo de las letras y el feminismo egipcio, Nawal al Saadawi. La octogenaria activista cede esperanzada el testigo a las nuevas generaciones de creadores árabes, y afirma en el texto que «la revolución que vive nuestro país desde enero de 2011 ha influido en la literatura al igual que en muchos otros ámbitos. Sin embargo, el campo de la política, a pesar de su superficialidad y oportunismo, centra toda la atención, mientras que la creación literaria permanece en un segundo plano, apartada de las miradas. La revolución verdadera transforma la literatura, el pensamiento y el arte igual que transforma la política, la ley o el parlamento, aunque la revolución en el arte, la literatura y el pensamiento es más fuerte, más profunda y perdura en todo lugar y tiempo».



Portada del libro


Título: Las calles que dan a la plaza -  الشوارع الجانبية للميدان
Autor: Tarek Mustafa
Editorial: Al Rabia Al Arabi lil-nashr wa-l-tawzia
Año: 2012
Número de páginas: 134
Género: Relato corto
Sinopsis: El 25 de enero de 2011 el pueblo egipcio se echa a la calle para protestar contra los 30 años de dictadura. Comienzan 18 días de manifestaciones y enfrentamientos con la policía que culminarían con la caída del régimen de Hosni Mubarak. Los trece personajes de estos cuentos participaron en las protestas.
 

 

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