El mundo árabe está viviendo unos tiempos muy convulsos. Desde finales de 2010 se han desencadenado una serie de revueltas más o menos violentas que han supuesto el fin de regímenes autoritarios que parecían destinados a perpetuarse en el
poder. Estos vientos de emancipación y libertad no solo han derribado los cimientos
de la política regional, sino que también se han sentido con fuerza otros ámbitos, como
la cultura y las artes. Durante los dos últimos años se ha producido una auténtica
explosión creativa. De golpe, se han manifestado fuerzas que llevaban décadas
contenidas por el miedo, la represión y la censura.
Al calor del grito unánime de
libertad que inundó las calles de los países árabes, la música, el cine, la
literatura y las artes callejeras han vivido también su revolución. Y –al igual
que en el plano político– han sido los jóvenes quienes han portado la bandera
del cambio. Los analistas que se empeñan en afirmar que «la primavera
árabe ha degenerado en un invierno islamista», deberían fijarse en esta
fabulosa explosión creativa, muestra de la diversidad y la pluralidad propias de
las sociedades árabes.
El grafiti ha irrumpido con fuerza en las calles árabes |
Centrándonos en la literatura,
que es lo que aquí nos interesa, los efectos de la primavera árabe ya se
empiezan a notar en las estanterías de las
librerías. Autores consagrados como el marroquí Tahar Ben Jelloun han
aportado su granito de arena a esta narrativa de la revolución, pero son en su
mayoría escritores noveles los que proliferan. Se trata de jóvenes que participaron en las revueltas y nos quieren relatar sus experiencias.
Uno de los ejemplos más destacados de esta nueva ola narrativa es el egipcio Tarek Mustafa, que nos ha
sorprendido con una colección de relatos titulada Las calles que dan a la plaza ( الشوارع الجانبية للميدان ). La obra se publica en la editorial Primavera Árabe ( الربيع العربي للنشر والتوزيع ), una editorial de reciente creación que supone un viento
fresco en el mundo de la literatura árabe.
Tarek Mustafa, joven periodista y
activo defensor de los derechos humanos, participó de primera mano en los
18 días de protestas que consiguieron derribar el régimen de Mubarak. Los
catorce relatos de su obra son el retrato de diversos personajes que se echaron a
la calle y se unieron a esa marea humana que inundó las plazas de El Cairo. Las pequeñas historias de los distintos protagonistas confluyen todas en un último cuento, titulado La Plaza ( الميدان ), ese destino
final que, durante unos días, unió a todos los egipcios.
Midan el Tahrir, la plaza que simboliza la revolución egipcia |
El autor, cronista de esa masa de manifestantes sin nombres propios ni líderes, pone un rostro y una
historia a trece personajes que participaron en aquellos días tan cruciales para el devenir de su país. Pero Tarek Mustafa no se dedica a elogiar el activismo político ni el fervor revolucionario de los protagonistas, sino que intenta plasmar sus otras luchas, más personales e interiores. Los personajes de los relatos no son héroes de la revolución, sino seres normales, asediados por miedos, dudas y amarguras.
Con un estilo directo y lírico, Tarek Mustafa demuestra una gran sensibilidad para reflejar los sentimientos de sus personajes, mostrándonos su lado más humano. A través de las historias de sus protagonistas, el autor aborda con valentía temas considerados tabú en la sociedad egipcia, como la discriminación de la mujer, la homosexualidad, la ablación (mutilación genital femenina), el descubrimiento de la sexualidad…
Ilustraciones de Ibrahim Imam para el libro |
Portada del libro |
Título: Las calles que dan a la plaza - الشوارع الجانبية للميدان
Autor: Tarek Mustafa
Editorial: Al Rabia Al Arabi lil-nashr wa-l-tawzia
Año: 2012
Número de páginas: 134
Género: Relato corto
Número de páginas: 134
Género: Relato corto
Sinopsis: El 25 de enero de 2011 el pueblo egipcio se echa a la calle para protestar contra los 30 años de dictadura. Comienzan 18 días de manifestaciones y enfrentamientos con la policía que culminarían con la caída del régimen de Hosni Mubarak. Los trece personajes de estos cuentos participaron en las protestas.
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